
Usando un humidificador aumentarás la humedad del ambiente y mejorarás la calidad del aire que respiras.
Es recomendable su uso todo el año pero en invierno con la calefacción y las bajas temperaturas hay menos humedad y se convierte en indispensable. La humedad óptima es del 40-60%. Niveles bajos durante horas provocan irritación de las vías respiratorias, picor de ojos y problemas de piel seca.
Cuando se seca e inflama la mucosa respiratoria no ejerce correctamente su función como barrera natural frente a organismos patógenos por lo que aumenta el riesgo a contraer catarros, gripe y otras infecciones. Además algunos virus se vuelven más resistentes con niveles bajos de humedad. Esto en bebés y niños afecta de forma importante ya que su sistema inmunológico se encuentra en pleno desarrollo.
Existen humidificadores de vapor caliente o de vapor frío. En general recomendamos los de vapor frío por que resulta muy agradable su uso. Tienen una autonomía de 8 horas, no hacen ruído y podemos añadir algunas esencias muy agradables. Conseguirás así un olor relajante y exquisito. ;)
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